Volver
Sí, he sobrevivido a las Navidades, pero llevo tanto cansancio acumulado que ahora necesitaría unas buenas vacaciones. Eso y que mi estómago se reconcilie conmigo, el pobrecito se pone tenso cada vez que prevé la llegada de comida.
La vuelta ha sido dura, una venía acostumbrada a la limpieza del hogar familiar, a tener la comida sobre la mesa un par de veces al día, a que la ropa apareciese limpia y planchada en el armario… Y no es que yo sea medio marquesa, pero bien es cierto que cuando una se va fuera del hogar paterno al volver todo son atenciones; hasta he logrado durante tres semanas me hicieran la cama (esto no debería decirlo, pero es que detesto hacer la cama, prefiero antes cualquier otra actividad doméstica, aunque sea limpiar retretes).
De todos modos la libertad no tiene precio, y eso de entrar y salir con quien, cómo y cuando a una le plazca… Menos mal que ya tocaba volverse, porque los últimos días estaba un poco saturada y cansada de que a partir de las nueve de la noche me soltasen el perro por la finca ( entrar en casa se volvía una odisea: le tengo no miedo sino pánico a los perros).
Además, vuelvo a tener Internet.
La vuelta ha sido dura, una venía acostumbrada a la limpieza del hogar familiar, a tener la comida sobre la mesa un par de veces al día, a que la ropa apareciese limpia y planchada en el armario… Y no es que yo sea medio marquesa, pero bien es cierto que cuando una se va fuera del hogar paterno al volver todo son atenciones; hasta he logrado durante tres semanas me hicieran la cama (esto no debería decirlo, pero es que detesto hacer la cama, prefiero antes cualquier otra actividad doméstica, aunque sea limpiar retretes).
De todos modos la libertad no tiene precio, y eso de entrar y salir con quien, cómo y cuando a una le plazca… Menos mal que ya tocaba volverse, porque los últimos días estaba un poco saturada y cansada de que a partir de las nueve de la noche me soltasen el perro por la finca ( entrar en casa se volvía una odisea: le tengo no miedo sino pánico a los perros).
Además, vuelvo a tener Internet.
9 Comments:
Me alegro de que hayas vuelto. Es muy cierto lo que dices, yo soy feliz en casa de mis padres, pero la sensación de libertad que tengo en mi casa no tiene precio. Un beso!
Me alegro un montón de que hayas vuelto, echaba mucho de menos tus post. Y estoy de acuerdo con Diciembre, la libertad ante todo, no tiene precio.
Hola!
Comparto esas sensaciones y no he salido de casa ni a otra ciudad... Estas fechas son una especie de doble parentesis en la vida... Estaba deseando que pasaran para vivir en la "normalidad".
Besos a todas.
Ni por todas las atenciones paternas y las comodidades de un hogas bien avenido cambio yo los días (¡meses!) en los que no se oye ni hablar de la Navidad... Menos mal que el infierno navideño ha tocado a su fin, ya puedo despertarme.
Un beso.
Heeey! me alegro de leerte. Cierto, la libertad no tiene precio. Yo, que no he salido ni he sido agasajada por mi familia he terminado con la misma saturación... si es que lo de la Navidad hay que replanteárselo... cada vez se va pareciendo más a una fatalidad o a un trámite festivo-familiar. En fin, que me alegro de que estés de vuelta y que no hayas sido el plato principal en el almuerzo de Reyes... jajajjaa
(para otro día lo del pánico a los perros)
Besos!!
Ya veo que te tratan mal en casa eh??? Di que sí, hay que dejarse querer. Bienvenida de nuevo a la red!!!
Un besote postnavidad!!!!
bienvenida mujer!!! con internet todo será distinto, ya verás!!! un besazo
Creo que sólo viviendo de manera independiente se puede disfrutar de unos días en la casa de la familia. Pero sólo unos días, que no hay nada como estar en tu propia casa. eso sí, de tu post me queda una duda ¿hay que hacer la cama todos los días? No ¿verdad?
internet es importante :)
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